dimanche 4 novembre 2007

El programa PISA y la educación en México: ¿para qué educar?*


Después del pan, la educación es la primera necesidad de un pueblo.

George Jacques Danton

La verdadera perfección de las instituciones sociales depende ciertamente de las luces del desarrollo de las facultades intelectuales.

Alejandro de Humboldt

Hay que pensar en la educación como el medio para desarrollar nuestras mejores habilidades, porque en cada uno de nosotros hay un deseo y un sueño que, satisfecho, puede traducirse en beneficios para todos y una mayor fortaleza para nuestra nación.

John F. Kennedy

El nivel educativo de un país y su desarrollo económico son variables altamente correlacionadas, ya que, tal y como lo señala Amartya Sen, en su artículo “Capital humano y capacidad humana”, la educación hace que una persona sea más eficiente en su trabajo como consecuencia de la preparación que recibe; es decir, la educación tiene un impacto directo en el capital humano y, por lo tanto, en el mercado laboral. Como resultado, “la educación agrega valor a la producción de la economía y aumenta el ingreso de la persona que ha sido educada.”[1]

En México, si hay algún factor específico en el que se tiene ventaja comparativa, es la fuerza laboral. Incluso durante la próxima década, la población económicamente activa del país seguirá creciendo, lo cual abre una ventana de oportunidad (conocida como bono demográfico) basada en el incremento en la fuerza de trabajo. La importancia del bono demográfico radica en que dicha población estará en posibilidades de trabajar y de no ser económicamente dependiente, en contraposición a los niños, los jóvenes, o hasta los adultos mayores que son económicamente dependientes. No obstante, dicha ventana de oportunidad puede ser empañada por una realidad: la pobreza de capital humano. Cuando la mano de obra no está lo suficientemente calificada para poder aprovechar su posición como factor abundante en la economía, ésta no es lo suficientemente productiva como para crear riqueza y bienestar. La falta de educación adecuada es la principal causa que impide el mejoramiento del capital humano, lo cual tiene repercusiones negativas en el crecimiento económico del país, y más fundamentalmente en el bienestar de las personas.[2]

Por poner un ejemplo que explica mejor la teoría: Comparativamente, México ocupa uno de los lugares más bajos en tasas de desempleo de los países de la OCDE, situándose cerca del 4%, cuando el promedio general es de 7% y el máximo llega hasta el 18%, que corresponde a Polonia. Pero este aparente buen indicador tiene una explicación menos alegre. Cuando se observan los indicadores de autoempleo –léase informalidad–México ocupa el tercer lugar de los países de la OCDE, con cerca del 30% del total de la población empleada –el promedio es 15% y el primer lugar lo ocupa Grecia con 31%–. Ahora bien, el sector informal en México contribuye solamente entre 12% y 14% del PIB. Sin duda estos indicadores están relacionados con el rezago en capital humano.

Como es de resaltar, la relevancia de la educación en el desarrollo económico radica en los efectos positivos que tiene sobre la formación de los trabajadores, elemento clave para que un país alcance niveles competitivos en cuanto a la producción de bienes y servicios. Durante la segunda mitad del siglo xx, los principales competidores comerciales de México, en especial los países de Asia del Este, hicieron grandes esfuerzos en educación pública y, estimaciones recientes, sugieren que la combinación de altas tasas de ahorro-inversión, así como el desarrollo de los altos niveles de calidad educativa explican una parte importante, si no es que casi toda, del rápido crecimiento de los tigres asiáticos.[3]

México, al buscar incrementar su crecimiento económico, debe centrar sus esfuerzos en eficientar el sistema educativo. Por eso, para lograrlo, es necesario que se realicen evaluaciones para localizar las debilidades del sistema. Si bien la evaluación de la educación es una tarea difícil de lograr, es necesaria y debe impulsarse. En esta dirección se dirigen programas innovadores como el Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos (pisa por sus siglas en inglés) que realiza la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (ocde). pisa constituye una de las herramientas más útiles que deben acompañar y aconsejar al gobierno mexicano en su constante esfuerzo por alcanzar su desarrollo y crecimiento económicos. Este ensayo busca explicar la importancia de pisa y su contribución para la formación de capital humano en México, mediante la búsqueda de respuestas a preguntas como qué es pisa, qué problemas identifica pisa para México, qué hacer para mejorar.

¿Qué es pisa?

El pisa es la prueba estandarizada más importante y robusta para evaluar resultados educativos y reunir información en distintos países a lo largo del tiempo. Este programa busca evaluar, a escalas nacional e internacional, hasta qué punto los alumnos se encuentran preparados para enfrentar los retos en función de sus habilidades. A diferencia de pruebas nacionales como la Evaluación Nacional del Logro Académico en Centros Escolares, (enlace), pisa no es una prueba censal. pisa utiliza una muestra representativa de alumnos de cada país en el que es llevada a cabo la prueba.

pisa se enfoca en evaluar las áreas cognitivas de tres campos en específico: lectura, matemáticas y ciencias. Por otro lado, también realiza evaluaciones sobre el entorno doméstico de los alumnos; el enfoque que dan a su aprendizaje; la percepción que tienen del entrono de aprendizaje, y su grado de familiaridad con el uso de la tecnología, básicamente computadoras.

Una de las cualidades de pisa es que no evalúa a los alumnos basándose en el currículo escolar, sino en las habilidades y competencias que los niños poseen. Que PISA no sólo busque evaluar los conocimientos memorísticos que tienen los alumnos en el momento de realizar las pruebas se debe a que los niños, que pronto serán adultos, están enfrentándose a un mundo que se transforma a un ritmo acelerado que, por lo mismo, les exige razonar y adquirir las herramientas que les den la libertad de desarrollarse y competir en el mercado laboral. Por tanto pisa va más allá de los planes de estudio y se enfoca en analizar las habilidades que permiten incrementar el capital humano de las naciones.

pisa evalúa a los estudiantes inscritos en un sistema de educación escolarizada y que tienen 15 años de edad. Se ha escogido la edad de 15 años porque, en la mayoría de los países de la ocde, los alumnos de esa edad se acercan ya al final del periodo de educación obligatoria y, así, se puede evaluar los conocimientos y aptitudes que se han acumulado a lo largo de un período promedio de nueve años de educación. En México, esta edad coincide con la edad en la que está planeado los alumnos terminen la secundaria.

La primera aplicación de esta prueba se hizo en 2000 y la segunda en 2003. De ambos estudios, los resultados ya han sido publicados y, a diferencia de pruebas de evaluación que se han realizado anteriormente, son accesibles a todo el público. En la primera edición, pisa 2000, participaron 43 países, de los cuales, 28 son miembros de la ocde y 15 son países asociados. En 2003, participaron 41 países: 28 miembros y 13 asociados. Finalmente, en la última edición, pisa 2006, la ocde logró integrar al mayor número de países de su historia: En total integra a 56 países, los 30 países miembros y 26 asociados.

Situación de la educación en México

Tal y como lo muestran los resultados de México en pisa, el capital humano de México es el más bajo entre todos los países de la ocde, y el sistema educativo actual dista mucho de ser el adecuado para reducir el rezago del país a un ritmo apropiado. En términos comparativos, los niños mexicanos aún pasan pocos años en la educación formal y no logran aprovecharla como deberían. El número promedio de años de educación que tiene la población adulta en México sólo alcanza los primeros nueve años de educación, mientras que el promedio de los países de la ocde es de 11.9 años y, en naciones como Noruega, Alemania o Israel sobrepasa los trece años. Estas cifras indican que, mientras que en México la población adulta tiene, en promedio, la educación básica terminada, en Israel, tiene una licenciatura al menos iniciada.

Aun a pesar de que los años en la escuela son un indicador sencillo de calcular para evaluar el nivel educativo de una población, tal y como lo indica la ocde, en el Estudio Económico de México de 2005, eso no lo es todo. Los mexicanos no sólo pasan pocos años en la escuela, sino que su aprovechamiento es bastante deficiente. Esto provoca que la mano de obra que tiene el país, si bien es abundante, también es muy poco productiva. La deficiencia en los conocimientos adquiridos y en los logros educativos se transmiten de generación en generación y, con ello, la pobreza y un crecimiento deficiente de la economía. Esta falta de eficiencia en la educación explica por qué la productividad de la mano de obra a penas es una tercera parte del promedio que tienen los demás países miembros de la ocde.

Las ineficiencias no sólo se limitan a lo que sucede dentro del aula de clases, también la ineficiencia en la asignación del gasto es un área medular que representa uno de los problemas más graves del sistema educativo mexicano. Si bien México ha hecho inversiones importantes en educación al aumentar el gasto en educación como porcentaje del pib de 5.6% en 1995 a 6.4% en 2004, hasta colocarse por encima del promedio de la ocde (5.8%), la mayor parte del gasto en educación está ligado a los salarios de los profesores (94.8%) –cuya educación también es cuestionable–, lo que deja muy poco espacio para invertir en recursos educativos. Esto implica que el gasto que desde la reforma de 1992 reciben los estados para financiar el sistema educativo, los tenga atados de manos y no les permita invertir en actividades extracurriculares o en la adquisición o mejora de la infraestructura existente, ya que las transferencias de recursos que se hacen de nivel federal llegan etiquetadas, sin que los estados puedan decidir sobre cómo y en qué invertirlas.[4]

Si a este problema en el gasto agregamos que, a pesar de los altos niveles de gasto como porcentaje del gasto público total, el gasto por estudiante permanece bajo en términos absolutos, la mejora en el sistema no sólo es difícil de lograr, sino que carece de los medios para lograrse sin modificar el sistema de asignación de gastos. El gasto por estudiante de primaria se sitúa en $1.694 dólares, esto tan sólo representa el aproximadamente un tercio del promedio de la ocde, que es de $5,832 dólares por estudiante. Si relacionamos el gasto por estudiante con los resultados obtenidos en pisa, obtenemos que México, a pesar de tener un gasto bastante inferior al promedio, no es el más bajo de los países miembros de la ocde; es más, el gasto de México es incluso superior al que realiza Eslovaquia. Lo sorprendente es que los resultados que obtiene Eslovaquia en

Pisa son por mucho superiores a los que tiene México, como puede observarse en la siguiente gráfica. La explicación que puede permitirnos entender estos resultados es que la eficiencia ejercida con el gasto realizado en Eslovaquia es por mucho superior a la que hay en México.


También sería importante resaltar que la calidad de las clases impartidas en estos países, la preparación que reciben los profesores antes de ser maestro frente a grupo, la organización de la sociedad civil, como los padres de familia que exigen una mejor calidad de educación, es mayor que la que hay en México. Los programas como los que ha habido para preparar y evaluar a los profesores, como es el programa de carrera magisterial,[5] han resultado poco efectivos para lograr el principal objetivo de elevar la calidad de la educación.[6]

Conclusión

Estos reveladores resultados muestran que la ineficiencia en la asignación y utilización del gasto del sistema educativo mexicano es innegable. Algunas de las recomendaciones que la ocde ha hecho a México para eficientar la utilización del gasto y mejorar de calidad de la educación han sido mejorar la capacitación a maestros y directores de escuelas, establecer mecanismos creíbles de sanciones y recompensas, delegar más responsabilidades en las escuelas, pero, sobre todo, resistir las demandas de los profesores para que se les otorgue un aumento en su salario.

Si México logra eficientar su gasto en educación, buscando tener un impacto positivo en las competencias y habilidades que tiene su población próxima a ser adulta; es decir, si México logra alcanzar o superar el promedio que recomienda la ocde en pisa, que es de 500 puntos, México no sólo mejorará la productividad de su capital humano, sino que impulsará directamente el crecimiento de la economía. Aún más, tal y como lo afirma Amartya Sen, “los beneficios de la educación van más allá de los ingresos que pueda percibir una persona o una nación entera”. La educación también nos permite beneficiarnos “de la posibilidad de leer, argumentar, comunicar, elegir con mayor información, ser tenidos en cuenta más seriamente por otros, y así sucesivamente”. En pocas palabras, la educación no sólo mejora el capital humano, también impacta positivamente la capacidad humana, misma que nos abre la puerta a la libertad. Una perspectiva más amplia de capacidad humana puede abarcar y valorarestas funciones adicionales. Entonces, las dos perspectivas están íntimamente relacionadas aunque parezcan distintas.


[1] Amartya Sen, “Human Capital and Human Capacity”, World Development 25, 12, diciembre de 1997.

[2]Getting it Right. oecd Perspectives on Policy Challenges in México, Paris, ocde, 2007; y David Ibarra, Ensayos sobre economía mexicana, México, Fondo de Cultura Económica, 2006.

[3] P. Krugman, “The Myth of Asia’s Miracle”, Foreign Affairs (noviembre de 1994), pp. 47-50.

[4] OCDE, Estudio Económico de México, 2005.

[5] Aunque este programa surgió en 1992 como una propuesta muy innovadora, el esquema de Carrera Magisterial tiene limitaciones serias. Se trata de un programa de promoción horizontal que busca estimular a los docentes con bonos salariales basados en su desempeño. No obstante, este programa parece tener un gran problema de diseño puesto que da mayor valor a los antecedentes de los maestros y su preparación anterior que al desempeño que tienen en el salón de clases o a los resultados de la enseñanza en los estudiantes. Otro problema radica en que, una vez ascendido un maestro, éste no puede ser degradado, aún a pesar de que su desempeño sea insuficiente; esto reduce el incentivo al buen desempeño de los maestros que han alcanzado el nivel más alto dentro del esquema de Carrera Magisterial. En Lucrecia Santibañez [et al.], Haciendo Camino: análisis del sistema de evaluación y del impacto del programa de estímulos a docentes Carrera Magisterial en México (Santa Monica, RAND Corporation: 2007).

[6] Ídem.

*Próximo a publicarse en la Revista Contrapunto del CIDE, noviembre 2007.

samedi 6 octobre 2007

PISA: Competencias para la vida



¿Qué es PISA?
El Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) representa el estudio de evaluación de la calidad educativa más robusto y extenso de todos los que se han aplicado a nivel mundial; representa un gran esfuerzo de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) por evaluar, a escala nacional e internacional, hasta qué punto nuestros alumnos se encuentran preparados para enfretar los retos a los que nos enfrentamos día a día. A diferencia de pruebas nacionales como ENLACE o EXCALE, PISA no es una prueba censal como sí lo es ENLACE. PISA utiliza una muestra representativa de alumnos de cada país en el que es llevado a cabo la prueba. También difiere de EXCALE, ya que PISA, aunque toma en cuenta el común denominador de los currículos nacionales, no se circunscribe a él, como sí lo hace EXCALE.

¿Cada cuándo se hace?
Este estudio está planeado para aplicarse cada tres años. La primera aplicación de este estudio se hizo en el año 2000 y la segunda en 2003. De ambos estudios, los resultados ya han sido publicados y son accesibles a todo el público. La presentación de los resultados de la prueba que se realizó en 2006 estarán disponibles a partir del 4 de diciembre del 2007.

¿Quiénes participan?

En la primera edición, PISA 2000, participaron 43 países, de los cuales, 28 son miembros de la OCDE y 15 son países asociados. En 2003, participaron 41 países: 28 miembros y 13 asociados. Finalmente, en la última edición, PISA 2006, la OCDE logró integrar al mayor número de países de su historia: En total integra a 56 países, los 30 países miembros y 26 asociados.

¿A qué alumnos se les aplica la prueba?

La muestra que PISA utiliza se enfoca a aquellos estudiantes que se encuentran inscritos en un sistema de educación escolarizada y que tienen 15 años de edad. Se ha escogido la edad de 15 años porque, en la mayoría de los países de la OCDE, los alumnos de esa edad se acercan ya al final del periódo de escolaraización obligatoria y, así, se puede evaluar los conocimientos, aptitudes que se han acumulado a lo largo de un período de 9 años de educación. En México, esta edad coincide con la edad en la que está planeado los alumnos terminen la educación básica obligatoria, la secundaria. No obstante, dado que la condición principal es que los niños tengan 15 años, esto también puede incluir niños que puedan estar recursando grados escolares infereriores o que pueden estar adelantados y ya estar realizando su educación media superior.

¿Qué áreas evalúa PISA?

PISA se enfoca en evaluar las áreas cognitivas de tres campos en específico: lectura, matemáticas y ciencias. Por otro lado, también realiza evaluaciones sobre el entorno doméstico de los alumnos, el enfoque que dan a su aprendizaje, la percepción que tiene del entrono de aprendizaje y su grado de familiaridad con el uso de la tecnología, básicamente computadoras.

El hecho de que PISA no sólo busque evaluar los conocmientos básicamente memorísticos que tienen los alumnos en el momento de realizar las pruebas, está sustentado con la idea de que la adquisición de conocimientos es un proceso continuo, que realizamos día a día. Es por eso que PISA evalúa las habilidades y las competencias que tiene un alumno para aprender y eso es lo que los países deberían tener en cuenta: Lo que se debe hacer es dejar atrás los currículos que no desarrollan en los niños la capacidad de razonar, de pensar, de escribir, de compreender el mundo que los rodea. En pocas palabras, lo que debemos hacer con nuestros alumnos es enseñarlos a aprender.

lundi 24 septembre 2007

¡Economiza y COMPITE!



Políticas neoliberalistas, mecanisistas, yanquistas y una serie de palabras sin sentido es como la opinión pública ha recibido la nueva materia que Vázquez Mota quiere crear en la educación básica. La materia será "Economía y Competitividad". A primera vista, no se puede negar que suena fuera de lugar. ¿Para qué meterle materias tan complicadas a niños de primaria que a duras penas saben escribir su nombre y sumar?
Como bien lo muestran los penosos resultados de México en PISA 2003, no sólo nuestros niños de quince años no logran entender una simple tabla con datos, sino que no son capaces de leer o descifrar lo que esos extraños signos, llamados letras, tratan, con desesperación, de transmitirle. ¿Para qué, si después de 9 años de estar en una escuela no hemos logrado hacerlo leer, para qué si no son capaces de ir a la tienda y cerciorarse de que les dieron correcto el cambio, para qué si no podrían calcular cuánto tiempo tardan en recorrer 6 estaciones de metro sabiendo que en promedio cada una se recorre en dos minutos, para qué demonios ponerles una clase de economía?

Alguna de las críticas que leí en el prestigioso periódico on line, la Jornada, del día de hoy, 24 de septiembre de 2007, acertadamente decía que lo que nuestros niños necesitan es saber leer, sumar, necesitan saber de historia, de civismo, de valores, de CIENCIA. Desgraciadamente, el autor continuaba diciendo que para qué querían una clase de economía, si lo que necesitaban era "ciencia". ¡Cómo si la economía no fuera una ciencia! Y tengo que aceptar que eso me dolió, tal vez porque llevo un economista en lo más profundo de mi corazón; tal vez porque la gente no puede ver que las ciencias sociales son una ciencia igual o más valiosas que las matemáticas; tal vez porque me duele ver cómo lo ignorantes, nos quejamos de la ignorancia. El punto es que el autor continuaba, muy indignado, diciendo: "Los programas deben icluir arte y ciencia y así no será necesario enseñarles ni economía, ni competitividad, porque aumentaría la creación artística y la investigación científica y mejorarían las leyes."

Definitivamente, pasé la noche entera tratando de decifrar el mecanismo causal que lleva de la creación artística a la mejora de las leyes, pero terminé por darme cuenta que simplemente no lo tiene. Cómo se nota que a esta persona no le dieron clases de competitividad, tal vez ya se hubiera dado cuenta que su ventaja comparativa no se encuentra en entender periódicos ni en publicar comentarios en internet. Pero bueno, si ella puede, porque yo no. Sí, me quejo de todos los que asocian la economía y la competitividad con Estados Unidos, con el liberalismo, con Carlos Slim y se olvidan de más puro significado de la palabra:
"La economía (griego: οἰκονομία, 'administración de una casa o familia' de οἶκος (casa, en el sentido de patrimonio)’ y νέμω (administrar)) es una ciencia social que estudia los procesos de producción, intercambio, distribución y consumo de bienes y servicios. Según otra de las definiciones más aceptadas, propia de las corrientes marginalistas o subjetivas, la ciencia económica analiza el comportamiento humano como una relación entre fines dados y medios escasos que tienen usos alternativos."

¿Por qué no enseñarles a los niños el arte de administrar una familia, de buscar los precios más baratos del mercado, de cuidar su dinero? Enseñarles economía a los niños, no es más que enseñarles a lidiar con la constante escases de recursos a la que están expuestos. Y, no me refiero sólo a los recursos económicos, me refiero al agua, a la luz, al tiempo, bueno hasta al amor de sus padres... Enseñarle a un niño a administrar su tiempo, a ahorrar energía, a cuidar su comida son unas de las actividades que fácilmente puede enseñarseles a los niños. Hay tantas cosas en las que debemos economizar y, creanme, no porque Estados Unidos lo diga, sino porque nosotros lo necesitamso urgentemente.

¿Qué hay sobre la competitividad? Miedo a la competencia es tener miedo a darte cuenta que eres el irremediable perdedor. Pero, ¿qué es mejor: entrar a la competencia o encerrarte en una burbuja y pensar que eres maravilloso? COMPETIR es lo que necesitan nuestros niños, enfrentarse al mundo real, darse cuenta que aquí el que come es el que alcanza al correcaminos. Nosotros, los mexicanos, es algo que deberíamos aprenderle a los gringos, a competir, enfrentarnos con los otros, enfrentarnos a nosotros mismo y a nuestras debilidades, a corregir lo que hacemos mal para, por fin, mejorar. Aquí, en este mundo --me abstengo de usar la palabra globalizado para no herir otras susceptibilidades infundadas- la ideología judeo-cristiana no funciona. Nadie se va a quitar el pan de la boca para darselo al de junto. A nadie le importa si el vecino vive o muere, nada importa mientras él esté a salvo. Esa es la realidad y más vale que así lo vean. Un niño que no compite, no adquiere las habilidades que necesita para sobrevivir. Un niño que no se esfuerza por mejorar día a día, que no tiene ambiciones, que no lucha por alcanzar una meta, que no se las ingenia para ser el mejor, no puede desempeñar una función en la sociedad y no podrá nunca integrarse a ella.

La economía y la competitividad no son nada más que las verdaderas armas que necesita un niño y un ser humano para integrarse a la sociedad, que no sólo lo merece, sino que lo necesita con urgencia. Es por eso que no sólo admiro esta decisión, sino que la celebro. Por fin una Secretaria de Educación que tiene los deseos y la valentía de enfrentarse al mundo y de subirse en tren del progreso y del desarrollo. Eso es lo que México necesita abrir su entendimiento a la crítica, perderle el miedo a los rankings, decidirse, al fin, a dar el brinco hacia la modernidad.

dimanche 9 septembre 2007

La Guerra interminable SEP-SNTE


Blanca Heredia Rubio durante el primer nombramiento que hace la SEP de directores de educación media superior mediante concurso.
"Un momento histórico" es como le bautizaron en la SEP. Ya no recuerdo si fue el discurso que dio Blanca Heredia el que le asignó ese apodo tan original, pero sí recuerdo que los periódicos de los siguientes días y las páginas de la misma SEP lo pregonaban por todos lados. La reacción no se hizo esperar, dos días después de este evento, la "Chuky maestra" salió en primera plana de un reconocido periódico diciendo que la Secretaria no tenía idea de lo que estaba haciendo. ¿Envidia, coraje o realidad?
Tal vez fue envidia, pues definitivamente este paso en el sistema educativo mexicano no pudo haber sido más que un acierto. ¿Coraje? Sí, tal vez fue coraje, porque la "Chuky-maestra" no tuvo como detener que esta reforma pasara y que la gloria le perteneciera al "super-team" Vázquez Mota-Sékely. Tampoco tuvo cómo bloquear (cosa que le gusta mucho hacer) que, después de la visita que hizo Michelle Bachelet a México, Josefina hubiera recibido la invitación de ir a Chile con el fin de estrechar los lazos de cooperación en materia educativa y de amistad entre México y la República de Chile. La secretaria de Educación Pública, Josefina Vázquez Mota, se reunió en el Salón de Audiencias del Palacio de La Moneda con la Presidenta de esa nación sudamericana.
Obviamente, esta invitación surgió después del otro acierto que fue el recibimiento en la escuela Pablo Neruda que se le hizo a Bachelet. En este evento se afianzó, una vez más, una estrecha relación entre izquierda y derecha, no sólo a nivel federal sino a nivel ministerial.
Cuando Josefina fue a Chile recibió toda suerte de atenciones en recompensa por el espectáculo tan agradable que se le organizó a la Sra. Presidenta. Incluso acordaron que los alumnos con los mejores promedios visitaran México, en reciprocidad por la inicitiva que ya había tenido Bachelet con los alumnos de la escuela secundaria Pablo Neruda de México.
Se puede decir que en esta visita inesperada Vázquez Mota no sólo fungió como secretaria de Educación Pública, sino Secretaria de Relaciones Exteriores, ya que lo primero que hizo fue externarle el afectuoso saludo que le enviaba nuestro presidente, Felipe Calderón Hinojosa.
Claramente, en un acto revanchista de competencia, Elba Ester realizó un viaje a Perú. Bueno hubiera sido que sólo fuera de paseo, pero no. Utilizando los recursos que mes a mes son descontados de los salarios de los profesores, la "maestra" realizó un inocente donativo de 750, 000 dlls. para la reparación de los daños a escuelas que provocarona los recientes sismos. Digamos que, literalmente, fue a hacer caravana con sombrero ajeno. Lo que no quiero ni pensar es cómo se presentó la maestra, si como Presidenta vitalicia del SNTE o como Secretaria de Educación Pública o ya mejor como Secretaria de Relaciones Exteriores, porque ella es la única que sí tiene idea de cómo se hace todo de eso, no?
Lástima que ahora hasta su partidito está a punto de desaparecer por la nueva reforma electoral y ya no sabe ni qué hacer para detener su aporbación. Seguramente, si en sus manos estuviera también se propondría para que la nombraran Consejera Presidenta del IFE y Presidenta vitalicia, al fin que ella lo puede todo, menos mejorar la educación en nuestro país.